sábado, 2 de enero de 2016

Volcán de chocolate (o coulant de andar por casa)

Me apetecía empezar el año con una entrada dulce así que, ahora que las celebraciones navideñas llegan a su fin y que es más fácil ir rodando que andar, os voy a contar el postre que me marqué para esta Nochebuena: coulant de chocolate. Lo sé, no es el postre más navideño del mundo pero me apetecía probarme y lo cierto es que salí bastante airosa. Además, el chocolate siempre es bien recibido, ¿a que sí?

Para empezar un poco de historia de este postre, que ya sabéis que me gusta informarme un poco de las cosas que hago. Todos sabemos en que consiste un coulant: un bizcocho tibio del cual, al partirlo, aparece una riada de deliciosa lava de chocolate fundido. También, es posible que si lo has comido en un restaurante lo hayas pedido como "Volcán de chocolate". Y esto pasa porque, al igual que la tarta Sahcher, el coulant original es una receta patentada. Su creador es el chef Michel Bras y en mi humilde opinión gastronómica, debería encontrarse en el altar de los dioses cocineros. También es cierto que el coulant no sólo cambia su nombre por estar patentado, sino por que la receta original es mucho más compleja que el simple volcán de chocolate que se ha acabado extendiendo y que es la que yo os voy a explicar.

INGREDIENTES (para 6 volcanes)


  • 100 gramos de chocolate para postres.
  • 6 onzas de chocolate (puede ser del mismo, más oscuro o con leche)
  • 80 gramos de azúcar.
  • 50 gramos de mantequilla.
  • 1 cucharada colmada de harina.
INSTRUCCIONES

  1. Precalienta el horno a 260ºC.
  2. Funde el chocolate con la mantequilla. Te recuerdo que puedes hacerlo al clásico baño María, pero que si prefieres hacerlo al microondas acuérdate de ponerlo en modo descongelar para evitar que se queme el chocolate y te quede amargo.
  3. Bate los huevos con el azúcar.
  4. Añade la harina y mézclala bien.
  5. Añade el chocolate fundido. Recuerda que la receta lleva poca harina, no te asustes si la cosa queda poco consistente, es como tiene que ser.
  6. Unta los moldes con mantequilla y llénalos 1/3 ya que la cosa sube un poco y no queremos que rebose.
  7. Pon la onza de chocolate en el centro del molde pero no la empujes muy hacia el fondo o el chocolate fundido se quedará pegado al molde.
  8. Hornea durante 7-8 minutos y sírvelos calentitos.



Y ahora un par de Toñi-Consejos para hacerte la receta más fácil. La gracia del volcán de chocolate es comerlos tibios. Esto implica que si los quieres comer para postres tienes que hacer la masa antes de la cena o la comida, porque no vas a dejar a tus comensales a medias. La masa se puede congelar pero para hornearlos hay que aumentar el tiempo unos cinco minutos más. En cualquier caso, mi consejo es poner el horno a precalentar al inicio de la cena y meter los coulants en el horno cuando se recoja el segundo plato.

El segundo Toñi-Consejo también está relacionado con el hecho de servirlos calentitos. Evidentemente, para conseguir el efecto de río de lava de chocolate el bizcocho tiene que estar desmoldado. No podrás desmoldar un recipiente metálico recién salido del horno sin quemarte, no podrás esperarte a que se enfríe ni arriesgarte a que se rompa y se desparrame el chocolate fundido antes de tiempo. El Toñi-Consejo es fácil: usa moldes desechables. Lo sacas del horno, lo cortas con las tijeras y listo para emplatar.

El último Toñi-Consejo, lo tendríais que haber adivinado, también tiene que ver con servirlos templados. Para jugar con el contraste frío-calor puedes servirlos con un helado de vainilla o, como hice yo, crema inglesa.

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